sábado, 11 de julio de 2009

Para algunos despistados y enloquecidos del no se qué

En este adverso e impulsivo fermento de no se qué
La infame herrumbre del dientecillo mordaz -mirando a quién-
Sale del desánimo rebosado de ¡queeee! S?
Insano juicio busca trono y atropella zaheridor
Táctico y maniobrero
Carraspea su insolencia en el hastío
De una tarde soporífera -ni los perros ladran y duermen altivos-
Donde el sebo de chicharrón le goza -de sus ojos en rodajas-
Sin aspavientos con -crema de rechupete- lía el hato-
Ahí está el cielo con su cara plateada
Y sus rollos de leche espuma -una garganta salaz impreca-
Con su carcaj de flechas estremecedoras
Sin venerar la tierra
Corre faccioso en su quimera (camastro testigo de eyaculaciones)
Busca el dogma metafísico – vaho del plato con tizne a perpetuidad->se orilla el omega en punta como putarraco sulfuroso
Sereno embudo que el hocico negro te criba
Es mero formulismo -del que presumen tinterillos iletrados-
Grajo afable ante el zafiro brillante de ojos relámpago
Culón de recio arco grazna y regurgita (de repelo la ungida bellota )

¡Que insápido ! El caldo propiciatorio verberea fluctuaciones púbicas
Y los calientes ladrillos siguen ahí.


Hijuela rama de plétora de zarandajas de un xanqueador que les abruma con

Esta cebada floja de en chin ma narradas .

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